Viajar y conocer nuevas culturas, para muchos, es algo que funciona como combustible para la vida. El sentimiento “wanderlust”, palabra alemana que significa deseo por vagar, guía la vida de muchas personas.

Además de ser una experiencia increíble, viajar puede reprogramar nuestro modo de pensar y aún ayudarnos a ser mejores personas. Descubre las razones por las que esto ocurre.

Nos volvemos más empáticos

Según Nicholas Kristof del New York Times, cuando viajamos, salimos de la zona de confort y vivimos nuevos descubrimientos, lo que hace que nuestro cerebro se acostumbra a nuevas comprensiones y aumentar la empatía - y el mismo hecho se aplica cuando nos volvemos bilingües.

Trae estabilidad emocional

Hay casos en que sería absolutamente normal desesperarnos en un viaje, como el hecho de no poder leer las placas en la calle. Pero el viajero lo ve como algo normal, se esfuerza y ​​encuentra medios para superar los desafíos.

Aumenta nuestra percepción de mundo

Vivir experiencias diferentes de nuestra realidad nos hace comprender mejor a las personas, aunque no siempre concordemos con sus actitudes. Esto nos trae una reflexión sobre las creencias que componen nuestra visión del mundo.

Aumentamos la confianza

Al viajar, nos volvemos más confiados en nosotros mismos y en los demás, ya que fuera de la zona de confort pasamos por acontecimientos desafiantes en los que necesitamos confiar en personas desconocidas.

Desarrolla nuestra creatividad

Las encuestas realizadas en Singapur y en los Países Bajos apuntan que quien viaja puede resolver problemas de maneras menos comunes. Además, un estudio realizado por el profesor de la Universidad de Columbia Adam Galinsky, muestra que los ejecutivos que han vivido en varios países com contacto con lenguas y culturas diferentes, trabajan de forma más osada y creativa.

Expande el autoconocimiento

A medida que quedamos expuestos a diferentes puntos de vista, pasamos a reflexionar sobre nuestras creencias y valores, haciéndonos más conscientes.

Por lo tanto, el bien que el viaje nos hace a nosotros mismos, refleja en otras personas, haciéndonos todos personas mejores y más desarrolladas.

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